Cuando tus alas se cortan y caes a orillas del camino, lo más limpio que sacas es que hablaste con personas que se reian con vos o que probablemente se ríe de vos ahora. Cuando la derrota es tu compañera de viaje, todos se alejan como si estuvieras enferma de lepra, curioso accionar del ser humano. Pero la desgracia es un maestro fiel que te abre los ojos y que te aparta la ingenuidad, quizás no todo está perdido, sino todo cierra un capítulo y es hora de escribir otro, de sacudir las alas y volar más alto.
10 nov 2009
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