3 nov 2009

Por momentos creo que la tristeza no va a terminar, todavía no junto valor para eliminarme, o por lo menos eliminar aquellos problemas que no me dejan seguir, que me traban en mi camino o que me llaman al dolor. Quedate tranquilo, si es que te intereso, que me limito a eliminar mis problemas de la cabeza, o por lo menos achicarlos en un pequeño rincón de mi cerebro, aunque lamentablemente quedan grabado en mi sien. Aquellos dolores gigantes que me cuetan arrinconar se escapan y diambulan en mi cabeza sin sentido, o mejor dicho, causándome un terrible dolor. Me cuestan aniliquilarlos, amueblarlos, o archivarlos en mi cabeza, el trámite es largo y doloroso, pero finalmente logro manejarlos y derrumbarlos juntando fuerzas de donde puedo. Pero no me olvido que allá están, que pasa el tiempo y que no se van, y se hacen más grandes, que crecen a pasos agigantado y no encuentran la manera de salir. A veces pequeños problemas recorren mis mejillas a través de las lágrimas, deslizándose tranquilas y alegremente, hasta llegar a mi almohada y llenarla de humedad.

(Bien, no necesito descargarme e, nono, para nada)

No hay comentarios:

Publicar un comentario