4 oct 2009

A menudo me entrego al dulce placer de no sentir la vida. A veces escribo y a veces borro lo escrito. A veces borro mis palabras escritas porque intento borrarme a mi misma. A veces me niego la posibilidad de encontrarme. A veces simplemente no quiero buscarme y comienzo a descender por una locura progresiva, donde el silencio me invade y la conciencia me espía. Y es que ese monstruo indomable que se llama soledad, me llama… Y encuentro en mi mente la llave de la cárcel que encierra mi sobriedad, pero no quiero usarla. Cuando mi imaginación es feroz, mi voluntad se ablanda. Entonces me entrego al dulce placer de no sentir la vida, para evitar el sabor amargo de la vida misma.

1 comentario:

  1. Señor propietario del blog, el texto que publicaste arriba no fue escrito por ti si no por mi: Guillermo Restrepo, alias Codigo922. Lo tomaste sin autorización de www.gnteloca.com, sin fijarte que estaba protegido por Creative Commons CC.

    Te pido amablemente que lo quites de tu blog. Tienes 72 horas para hacerlo, o te reportaré por plagio ante creativecommons.com

    ResponderEliminar